LA CARA OCULTA DE LA LUNA.
INSTRUCCIONES PARA PONER CORRECTAMENTE UN PRESERVATIVO.
INSTRUCCIONES PARA PONER CORRECTAMENTE UN PRESERVATIVO.
Y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios, qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, sola conmigo al borde de esa noche, y que durabas, eras más que el tiempo, eras la que no se iba porque una misma almohada y una misma tibieza iba a llamarnos otra vez a despertar al nuevo día, juntos, riendo, despeinados.
En ese preciso instante surge un terror innato, una realidad aparentemente contra natura para el ser humano. ¿Cómo colocar un inocente preservativo?
Observaremos la fecha de caducidad y solo si el estado del envase se encuentra en perfectas condiciones procederemos a abrirlo por la parte ranurada y usarlo inmediatamente.
Sujetaremos la punta del condón con la yema de nuestros dedos ilegales y con la otra mano, lo desenrollaremos con delicadeza hasta cubrir nuestra varita mágica.
Cuando el animal totémico a los pies de la hoguera con sus uñas de luz y sus alas de almizcle haya saciado su sed, despréndete de él, haciendo un pequeño nudo y comprobando que este no estaba roto, si lo está, una tormenta de nubes negras hambrientas te perseguirán y comenzará una batalla contrarreloj para que tomes otras medidas cuanto antes.
Y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar junto a mí, como una luna en el agua.
Alumno 4º B ESO
Despiertos, enérgicos, con una sensación vibrante y excitante en nuestros cuerpos. Nuestros labios danzan y nuestras respiraciones se agitan, los dos pensamos lo mismo, los dos queremos, pero flota el miedo y la incertidumbre.
Solo queda envolver toda la pasión desatada en una acción segura y precavida. Busco en el cajón de la mesilla, donde preferiblemente debe guardarse, allí está en un ambiente seco que lo protege. A continuación me aseguro de que no ha caducado y que se encuentra en buen estado, sin roturas ni pinchazos, y por supuesto que la talla sea la indicada.
Con sumo cuidado lo abro por la parte ranurada y saco el instrumento del envoltorio con las manos. Solo falta la parte más compleja y torpe. El reborde debe estar por la parte exterior, lo coloco sobre el miembro ya preparado, sujetando la punta con las yemas calientes de mis dedos, mientras que con la otra mano lo desenrollo con precaución hasta cubrirlo.
Ya está dispuesto, solo han pasado unos escasos minutos, han resultado eternos, ahora simplemente el resto del tiempo pasa casi volando, flotando en una nube de ardor y placer. Solo queda retirar el instrumento, aconsejablemente haciéndole un nudo y tirándolo a la basura, un acto no muy significativo y que sin embargo marca una gran diferencia.
Nos hallamos en la cama, exhaustos, todo queda más que en el recuerdo y se esfuma rápido, todo por un simple acto que no requiere mucho esfuerzo y que ha evitado algo indeseable.
Alumna 4º B ESO
Profesora Mª del Mar Gallardo Ortega